El estructuralismo es el
primer modelo lingüístico. A partir de la inferencia deductiva establece
métodos para la descripción y el análisis de procesos y fenómenos lingüísticos
concretos. En estos estudios no se tiene en cuenta el significado porque
depende del comportamiento y contexto en que se den. Estas partes son
consideradas hechos lingüísticas.
Teniendo en cuenta que la
lengua es un sistema, se dedican a reconocer las estructuras internas de las
unidades de la lengua para distinguirlas de otros sistemas.
Los lingüistas
estructuralistas definen la estructura desde tres puntos de vista:
I. Un sistema ordenado de
reglas que describen los elementos que lo componen y sus relaciones.
II. Sistema que funciona
según leyes que se mantienen o enriquecen mediante el juego de estas.
III. Sistema caracterizado por la totalidad,
transformación y regulación.
Como ya se había dicho
antes, plantean el principio de inmanencia que limita a la lingüística al
estudio de enunciados realizados para definir su estructura, arquitectura y
relación de los elementos internos.
Bosquejan la diferencia
entre la lengua y habla, se estudian los textos que resulten del habla.
Estudian el sistema como tal que funciona sincrónicamente, a partir de este
término se plantea la economía del lenguaje. A partir de la sincronía se niega
la descripción de la lengua desde el subjetivismo.
Métodos: Utiliza el método
inductivo para analizar un texto a partir de su organización esquemática, es
decir, establecen taxonomías o clasificaciones.
Una desventaja del
estructuralismo es que analiza los textos pero descuida la creatividad de los
usuarios y con este rasgo la subordinación o supresión del hablante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario