Esquema de comunicación diseñado por los teóricos funcionalistas
El esquema de comunicación (que
en la teoría Hipodérmica se reducía
a emisor - receptor- estímulo - respuesta) comienza a ampliarse. Aparece Lasswell, en 1948 con un esquema que
describía cualquier acto de comunicación respondiendo a las siguientes
preguntas.
El funcionalismo se centra en la
conservación del sistema social. Para eso, evalúa cualquier mensaje (dentro y
fuera de los medios de comunicación) como funcional o disfuncional al sistema:
los emisores siguen manejando los efectos o respuestas pero el público ya no es
considerado homogéneo y habrá diferentes respuestas según el grupo al cual el
mensaje se dirija.
El emisor regula o prevé las
respuestas a partir de conocer las distintas subdivisiones del público. De allí
deriva una corriente relativamente nueva en comunicación, que comenzó con la
evaluación de las audiencias y el rating (década del '60), pero se consolidó
dos décadas más tarde. Se trata del Marketing, que subdivide o segmenta los
públicos para conocerlos mejor y así lograr, con mayor eficiencia, la respuesta
deseada.
Según el criterio de marketing,
los públicos pueden agruparse por distintos factores. Se toman en cuenta
aquellos que servirán para el consumo específico de un producto, servicio o
espectáculo.
Muy relacionado con el marketing esta
la medición del rating (televisión) o audiencia (radio)
Rating: se conecta en inglés con
rate: tarifa, valuación ,cuota o ración, tanto por ciento.
El rating mide que
cuota de público total ha elegido un medio de comunicación. Se evalúa por
puntaje o cuotas. Se estima que un punto de rating equivale a 100.000
espectadores u oyentes.
Pensamos que invertir en
publicidad significa "comprar un espacio" en algún medio. Pero ¿qué
venden los medios a través de ese espacio? Los medios "venden"
público. Por eso los espectadores en medios con mucha recepción son más caros
que los menos consumidos. Aún dentro de un mismo diario, por ejemplo, el valor
de un simple aviso clasificado tiene diferencia de tarifa entre un día de la
semana y la tirada dominical, que es mayor.
Las tiradas de los medios
gráficos son relativamente comprobables (se puede "contar" la
cantidad de ejemplares impresos y devueltos) También se puede calcular los
espectadores del cine o el teatro, simplemente contando las entradas vendidas.
Pero la medición de oyentes en radio y espectadores de televisión es mucho más
compleja y variada.
Fragmento del libro "Teoria
de la comunicación"
Gabriela R. Cicalese, La Crujia -
Editorial Stella
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