Trabajo e investigación
El trabajo de Harold Dwight
Lasswell, como investigador y publicista se proyectó con fuerza hacia el
análisis de la propaganda, en un período marcado por las tensiones mundiales de
entreguerras y la preocupación por los efectos de las mediaciones periodísticas
en la formación de la opinión pública.
Desde esta perspectiva política,
que le situó en el núcleo de investigación de la CIA, estudió las relaciones
entre persuasión y comunicación. La gran contribución teórica de Lasswell viene
dada por la delimitación que hace del campo conceptual y el trazado de los ejes
definidores de la acción comunicativa.
El conocido como 'paradigma' o
'fórmula' de Lasswell, a pesar de los años transcurridos -fue formulado en
1948- y de haber sido superado por visiones analíticas concordantes con un
nuevo paisaje histórico y mediático, sigue conservando muchas de aquellas
virtudes que permitieron el despegue de los estudios sistemáticos de la
Comunicación en Norteamérica, a partir de los modelos sociológicos organicistas
y funcionalistas. Los medios de comunicación se convierten en
un elemento de equilibrio en la
biología social, por lo que el conocimiento de las técnicas persuasivas y de
información permitía desplegar con eficacia las funciones inductivas sobre los
individuos, creando pautas de conducta, actitudes y comportamientos.
Entre las funciones de la
comunicación, Lasswell destaca la de vigilancia y control del entorno, la
transmisión de los valores de identidad de una cultura, la cohesión social,
etc. Entiende la persuasión informativa y la propaganda, no lejos de los
ideales de Walter Lippmann, como la inducción de aquellos valores que permiten
a los gestores de una sociedad conducir a sus ciudadanos hacia los mejores
objetivos de progreso y libertad.
Lasswell ordena, acota y define
los grandes espacios de estudio, superando los planteamientos precedentes, pero
no llega a establecer las interacciones entre las partes, como por ejemplo
entre el emisor (lo denomina 'comunicador') y el receptor, ya que la audiencia
aparece aún desdibujada en un todo cuasi uniforme, destinataria de un flujo
unidireccional, aunque sí atribuye efectos distintos en función de los medios
empleados.
Hay en el trabajo de Lasswell
numerosas aplicaciones sobre el espacio del "¿qué dice?", esto es,
del mensaje, a través de depuradas técnicas de análisis de contenido centradas
en los textos propagandísticos del período de entreguerras.
También apunta hacia los efectos.
A partir de Lasswell se abre una línea de investigación de los efectos, que
tanto vale para estudiar cómo se produce la creación de influencia como para
conocer los mecanismos más eficaces para persuadir a través de los medio,
aunque se aparta de la contextualización social e histórica en la que aquellos
se producen. Influido por las teorías conductistas, Lasswell supera, en buena
medida, las posiciones previas sobre la linealidad estímulo-respuesta de la
comunicación, conocidas como la "bullett theory" o teoría de la
"aguja hipodérmica", al tiempo que abre nuevos espacios a la
investigación.
Para Lasswell, el proceso de la comunicación
en la sociedad realiza cuatro funciones: a) vigilancia del entorno, revelando
amenazas y oportunidades que afecten a la posición de valor de la comunidad y
de las partes que la componen; b) correlación de los componentes de la sociedad
en cuanto a dar una respuesta al entorno; c) transmisión del legado social; d)
entretenimiento.
Richard Braddock publicó en 1958
una "extensión" al "paradigma de Lasswell" (An extension of
the Lasswell Formula, en Journal of Communication, vol. 8, Págs. 88-93, 1958)
en la que trata de hallar una interacción entre las partes y actores de la
acción comunicativa. Así, cree que la intencionalidad del mensaje es un
elemento definidor del mismo, como también las circunstancias en las que éste
se produce.
Teoría de la Aguja hipodérmica
Esta teoría se desarrolló entre
1900 y 1940. Su principal postulado dice que los medios de comunicación
"inyectan" una información con un contenido que se da por cierto y
verídico; es decir, que lo que un medio de comunicación diga (por ejemplo, que
se desató una guerra) es cierto y de ninguna manera requiere ser verificado.
Esta es una teoría que entraña,
indudablemente, muchos peligros, pues jamás pone en entredicho la veracidad de
la información que suministran los medios y, por el contrario, legitima la
capacidad de éstos de moldear conductas y de estimular a las masas para que
éstas respondan, entendiendo a éstas (a las masas) como a un grupo sin criterio
que puede ser manipulado por los medios, los cuales, a su vez, son instrumentos
de los poderes públicos y privados.
Principios teóricos en los que se
basa el paradigma de Laswell.
Un quién que es un sujeto que
genera un estimulo.
El estimulo se convierte en una
contenido.
Para ello se habilitan unos
canales que facilitan la llegada del estimulo a la sociedad en su conjunto.
El objeto es pasivo, sobre el se
experimenta.
El sujeto es activo ya que manda
un mensaje al receptor, sobre el cual se experimentan los estudios.
No se explican las relaciones
entre los campos de análisis sino que se delimitan.
Ventajas: Su aplicabilidad y la
capacidad de síntesis. Es la primera vez que un autor se preocupa por delimitar
el objeto de estudio de la comunicación.
Criticas: Es un modelo que no
permite establecer las interrelaciones entre elementos. Divide el proceso. El
ejemplo que ponen los expertos es difícil de estudiar la utilización si no
estudiamos la producción. Es un modelo que depende mucho de la propaganda
política. Hay otra crítica a la simplicidad porque no intervienen factores
básicos como el contexto, el código... Atrás de eso también hay una crítica al
conductismo que se basa en la prepotencia del emisor frente a la importancia
del receptor. No hay feed-back.
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